¿Por qué necesita mi empresa una marca?

En nuestro propósito evangelizador de acercar el universo de las marcas a todas las personas, y de hacer entender el valor que éstas aportan en el ámbito de la empresa como activo estratégico, vamos a tratar un tema que a día de hoy sigue siendo pregunta recurrente en las primeras reuniones con los clientes que acuden a solicitar nuestros servicios.

¿Por qué necesito una marca?

El patrón se repite prácticamente igual en casi todos los casos. El cliente acude a nosotros para pedirnos un logotipo, o unas tarjetas de visita, o una página web, o unos flyers…

Es entonces, cuando nosotros le hacemos entender que lo que necesita construir, aunque no lo sepa aún, es una marca. Y se lo explicamos así:

Una Marca = Un árbol

Imaginemos que tenemos un árbol. Como todo árbol, éste se compone de raíces, tronco y ramas.


 

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Pues bien, en nuestro símil las raíces corresponderían a la idea de negocio. Son la parte que sustenta el árbol, sin las raíces, no habría árbol. O, dicho de otra forma, sin idea no hay negocio.

Luego está el tronco, que puede ser mas o menos fuerte, mas o menos robusto. Este tronco sería nuestra marca. Cuanto más robusto sea el tronco, mas posibilidades de supervivencia para el árbol, mejor aguantará las inclemencias atmosféricas o las posibles enfermedades.

Lo mismo pasa con la marca, cuanto mejor construida esté, cuanto más preparada para posibles contratiempos, cuanto más fuerte sea, mayor posibilidad de éxito tendrá.

Las Marcas fuertes son capaces de multiplicar por tres las ventas frente al resto.
(estudio Kantar Millward Brown)


Por último, están las ramas con sus hojas. Éstas se corresponden con las acciones de comunicación de nuestra marca: nuestras tarjetas de visita, nuestros flyers, nuestra pagina web, el uniforme de los empleados, el interiorismo de nuestro local, el tono de voz de nuestros empleados, nuestras newsletter, etc. En definitiva, todo lo que está enfocado a comunicar nuestro producto o empresa, y que no podría existir de ningún modo si no existiese ese tronco que lo sustenta y le da sentido, la marca.

Porque no olvidemos, además, que no es lo mismo tratar una pieza, como por ejemplo un flyer, como un mero elemento de comunicación, a tratarlo como un elemento de marca que nos ayuda a construir significado, valor y preferencia.
Y de eso trata el branding, de enfocar todos los recursos en una sola dirección y sentido, el de la marca.

Es en este punto cuando el cliente ya empieza a comprender y a atisbar, que ha empezado la casa por el tejado, y que seguramente no consiga más que eso, un bonito tejado. Entiende que necesita lo más importante, la sustentación, la estructura, los muros, e incluso en algunos casos los cimientos. Se quedó ensimismado, eligiendo el tipo y color de la teja, sin darse cuenta que aún no ha definido el tipo de casa en la que quiere vivir.

Pero volviendo a nuestro símil, los que conocen un poco el campo, saben que el trabajo con nuestro árbol no termina aquí. Este árbol necesita unos cuidados y una supervisión (poda, abonado, etc), que le proporcionarán salud y una larga longevidad. Y eso mismo le pasa también a nuestra marca, necesita un control y una supervisión. Es lo que llamamos gestión de marca, y que trataremos más en profundidad en otro capitulo del blog.

Recapitulando


Es de vital importancia, por tanto, invertir tiempo en investigar, definir y desarrollar una marca, que genere valor y sea capaz de transmitir de forma correcta lo que es, y cómo quiere que los demás la perciban, para luego poder pasar a su activación, es decir a la comunicación e implantación de la misma.

Y es que una marca es un activo dentro de nuestra compañía, que nos ayuda a mejorar la competitividad, a generar preferencia y a optimizar recursos. Además de ser capaz de cambiar comportamientos y percepciones, generar significados y relaciones.



Y ahora, ¿sigues pensando que no necesitas una marca?